El camino de tu corazón, intuitivo, confiable, desconocido y libre

El mayor acto de cobardía es no seguir el camino del corazón, el camino divino, el camino de la felicidad, en el cual tu esencia, tu alma, se muestra en la más fina pureza, belleza y perfección desde lo más profundo del ser que se trata de lo desconocido, lo profundo, incierto, lo que no puede ser visto pero si percibido; Una valiosa autenticidad, una voz interior, una representación sincera que nunca te traicionará. Siendo así, una mirada de una persona significa el descubrimiento lleno de valores, llena de dudas, miedo y amor.

Nada más valioso que demostrar la apertura de tu corazón, las puertas del alma y dejar entrar esta persona, como un viento de amanecer en el vacío de un bamboo.

En el preciso momento en que el ser adquiera coraje, se deja el ego a un lado, se amplía su zona de confort, la felicidad aparece, como atravesar una pequeña y engañosa puerta llamado miedo, falta de confianza y traicionar tu propio camino por complacer quienes te encierran en creencias.

Desde ese instante aparece lo único preciado y perfecto, las mejores experiencias del camino, las pequeños momentos de la vida que sostienes con tus manos… un estado de conciencia elevado, pudiendo disfrutarlos con mayor agradecimiento y viveza, que en una vibración más baja, un estado menos gratificante, autentico y sin tanto humo, nublando lo único verdadero de la existencia, la realidad de las cosas, la verdad en la materia, un sentimiento, un despertar, imposible de describir, inexplicable, perfecto, con más altas vibraciones.

Siendo al final del camino los momentos más puros, locos, sinceros, felices que significan los más libres y relevantes en nuestra vida; nuestra existencia, como describir la sensación más extraña, la alegría más profunda, la tranquilidad de un viento playero, la sensación de estar viviendo la vida al cien por ciento, gozando, sin pre-ocupaciones, problemas futuros, nostalgias pasadas, sintiendo la vida, "no entendiéndola", solo dejándonos de preocupar por lo lógico, entrando a lo poético, a lo artístico, a las locuras, dignos de amor, libertad y adrenalina.

Disfrutando más del camino que de la meta.

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